21 enero 2007

La vivienda, un derecho exigible


Los derechos sociales obligan a los estados a tener mayor control sobre la economía de mercado

Ya sabemos que la economía española, de acuerdo con la Constitución, se asienta sobre una "economía de mercado", corregida por múltiples prescripciones y exigencias que tratan de evitar que se acentúe la desigualdad social.

Que estamos ante una sociedad desigual socialmente es tan indudable que lo reconoce el propio Tribunal Constitucional: la economía de mercado se asienta sobre un "ordenamiento compensador e igualador en orden a la corrección, al menos parcialmente, de las desigualdades fundamentales". Son varios los factores correctores, que podrían resumirse en uno: la subordinación de la riqueza al interés general. Precisamente, el equilibrio entre economía de mercado y la garantía del interés general es lo que hace que la Constitución defina a nuestro Estado como una "democracia social de derecho".

Por esta razón, el ciudadano no solo tiene derechos civiles y políticos, sino también derechos sociales y económicos que pretenden otorgarle el nivel de bienestar derivado de la condición humana. Conviene tener presente que la Constitución española proclama que "la dignidad de la persona" y el "libre desarrollo de la personalidad" son dos fundamentos del orden político y de la paz social.

El reconocimiento de todos estos derechos significa que las administraciones públicas deben ser garantes de ese bienestar.
(...)

La exigibilidad del derecho a la vivienda ante los tribunales sería viable cuando el poder público:
a) Viola o incumple una obligación derivada de su posición de garante de la calidad de vida, no proporcionando "viviendas dignas y adecuadas", a precios razonables, a los sectores más necesitados de la sociedad.

b) Mantiene de forma sistemática y constante --más allá de un plazo razonable-- una omisión de medidas básicas para garantizar a los ciudadanos aquella prestación.

Carlos Jiménez Villarejo,
Exfiscal anticorrupción y miembro del Comité de Apoyo de Attac


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El texto completo se puede leer en la web de attacMadrid.

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